Señales de que tienes personas tóxicas en tu entorno

De forma general, una persona tóxica es aquella cuyo comportamiento y personalidad afectan negativamente a los demás. Tal vez no a todo su entorno, quizás solo a personas concretas. Por ejemplo, alguien puede ejercer como jef@, pareja, padre/madre tóxico, etc. y ser absolutamente neutral con los demás.

Veamos qué caracteriza a los individuos tóxicos.

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Rasgos de una personalidad tóxica

Hay una serie de patrones que son reveladores de una personalidad tóxica en uno o varios contextos:

1. Narcisistas. Este es uno de sus rasgos más característicos. Con frecuencia son personas que creen ser especiales. Tienden a darse importancia y no se cortan en dar lecciones a los demás. Odian que se les contradiga y sienten una desmesurada necesidad de atención y admiración hacia ellos.
   
   
2. Poco empáticos. Ven a los demás como medios para conseguir sus fines. Por tanto, sus sentimientos no les interesan.
   
   
3. Envidiosos. No soportan que a los demás les vaya bien y tienden a minusvalorar los logros ajenos.
   
   
4. Fiscalizadores. Aunque detestan que les lleven la contraria, ellos sí practican el menosprecio y descalificación a menudo. Con ello, debilitan a su víctima y menoscaban su autoestima.
   
   
5. Agresivos. Toxicidad y agresividad van a menudo de la mano. La agresividad verbal es un arma perfecta hundir a sus víctimas. Por supuesto, el abuso puede también ser físico.
   
   
6. Chismosos. Son dados a la crítica, la de los demás, por supuesto. Sobre todo de personas por las que sienten celos.
   
   
7. Victimistas. Culpan a los demás de todo lo que les ocurre. Practican a menudo el chantaje emocional para que sus víctimas se crean responsables y se apiaden de ellos.
   
   
8. Manipuladores. Suelen distorsionar la realidad. Los verdaderos maestros pueden hacerte dudar de cualquier cosa.
   
   
9. Emocionalmente inestables. No son personas especialmente coherentes y suelen tender al pesimismo. Sus reacciones pueden ser impredecibles. Con esto provocan mucho desconcierto y a menudo, querrán contagiar su histerismo para sentirse mejor.

Bien, ya hemos visto las características que definen al tóxico o tóxica. Ahora, veamos situaciones particulares donde podemos encontrar altos niveles de toxicidad.

1. ¿Mi pareja es tóxica?

¿Qué es una relación tóxica? Aquella en la que una o ambas partes están sufriendo, pero de la que resulta difícil salir por la dependencia emocional generada. 

El sufrimiento es el principal indicio de toxicidad. Este malestar puede ser sutil, progresivo, pero inexorablemente, acabará arruinando tu autoestima. Atent@ a estas señales:

❗ Te recuerda con frecuencia todo lo que hace por ti. Lo hace de manera más o menos evidente. El mensaje de trasfondo es que sin él/ella, no eres nadie o estarías perdid@.

❗ Con frecuencia, señala tus defectos, pero jamás tus logros. Siempre ensalza la parte negativa de todo. Te menosprecia en público o en privado.

❗ Te controla. Intentará controlar todas las esferas de tu vida. Por ejemplo, se mete en tu vida familiar, en cómo vistes, en tus amistades, incluso en tu forma de ser…

❗ Te aísla. Tratará de que pases menos tiempo con tu círculo familiar o de amistades y no dudará en criticarles. Necesita tenerte cerca para sentir que tiene el control.

❗ Siente celos injustificados. Desconfía de las personas que se relacionan contigo. Es probable que intente espiar tu WhatsApp o email. Quizás te censure por no compartir tus claves de desbloqueo.

❗ Te compara con sus anteriores parejas. Otra forma de tratar de menguar tu seguridad es compararte con sus exparejas (reales o no). El objetivo es que pienses en lo afortunad@ que eres de estar con alguien tan especial.

❗ En definitiva… esa persona te manipula. Y cuanto antes seas consciente, antes podrás actuar.

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¿Cómo te sientes en una relación tóxica?

• Tu autoestima y seguridad se han visto disminuidas desde que empezaste la relación.
  
  
• Sientes que tu opinión no cuenta.
  
  
• No te sientes cómod@ con tu pareja.
  
  
• Cuando estás con él/ella, no logras ser tú. Te preocupa constantemente su aprobación. De algún modo, te sientes a su merced.
  
  
• Sabes que la relación no avanza, pero te ves incapaz de cortarla. La dependencia emocional que sientes parece hacerlo imposible.

Pues bien, no es imposible. El primer paso es ser consciente de lo que está pasando realmente y volver a tomar las riendas de tu vida. Puede que necesites apoyo profesional, pero de eso hablamos más adelante.

2. ¿Mi jefe es tóxico?

Los jefes y compañeros de trabajo tóxicos pueden afectarnos en gran medida. Al fin y al cabo, otro de los pilares fundamentales de nuestras vidas es el profesional.

Por lo general, las personas tóxicas en el terreno laboral son inseguras patológicas que reflejan su malestar de forma agresiva hacia una o varias personas de su equipo. Viven en constante alerta y son capaces de atacar a cualquiera que consideren una amenaza, sin remordimiento alguno.

En otras palabras, menosprecian o boicotean a toda aquella persona que consideren que les supera en algún aspecto, o a la que consideran un lastre para sus objetivos.

Presta atención a los siguientes indicios:

❗ No saben delegar o acaparan tareas. Quieren tenerlo todo bajo control para demostrar su valía o poner barreras a los demás. Suponen un grave perjuicio organizativo para la empresa.

❗ Se atribuyen logros ajenos, pero no soportan sentir que otros se aprovechan de los suyos. No saben trabajar en equipo. Son muy individualistas. Y les encanta remarcar que esto o aquello lo han hecho ellos.

❗ Son envidiosos. Como en el resto de facetas, estos celos nacen de su propia inseguridad.

❗ Rechazan los cambios. Son individuos poco transigentes y todo lo que suponga “salir de su zona de confort” les perturba enormemente.

❗ Mantienen una actitud despótica hacia los demás. Las cosas se deben hacer tal y como quieren y buscarán cualquier argumento, por irracional que sea.

❗ Si no consiguen sus objetivos por méritos propios, no dudarán en degradar a los demás.

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3. ¿Mi familia es tóxica?

Por desgracia, dentro del núcleo familiar pueden darse también relaciones tóxicas. O puede que alguno de nuestros parientes más cercanos sea tóxic@ para nosotros.

Un núcleo familiar tóxico se caracteriza por una dinámica en la que las relaciones significativas no están normalizadas:

❗ No se dan las demostraciones de afecto, pero sí las de hostilidad.

❗ Son frecuentes comentarios, peleas, críticas…

❗ Algunos miembros anteponen sus necesidades al bien común.

❗ Necesitan controlar lo que haces.

❗ Te manipulan para sus propios fines o se victimizan para obtener lo que quieren de ti.

❗ Con frecuencia, te recuerdan cosas que te resultan dolorosas.

¿Qué puedes hacer contra una persona tóxica?

El mejor consejo frente a una persona tóxica es alejarte de ella. Pero sabemos que no siempre es fácil o posible, en función de la naturaleza de tu relación. Aquí van algunos consejos:

1. La indiferencia será tu mejor aliada. Esto no significa que debas hacer menosprecios o dejar a un lado la cortesía. Sencillamente, intenta prestar a estas personas la mínima atención y sé muy consciente de lo dañinas que pueden ser.
   
   
2. Si no puedes “cortar” la relación de golpe, aléjate de manera progresiva.
   
   
3. No des a esa persona más atención de la que merece. Su poder se basa en la influencia que tiene en ti o en los demás. Es necesario que dejes de alimentar esa relación.
   
   
4. No secundes sus críticas. Como hemos visto, las personas tóxicas son dadas a la crítica y al chismorreo. No entres en su juego y mantente al margen. Puedes cambiar de tema, decir que no te interesa o no contestar.
   
   
5. No dejes que te arrincone. Si la persona tóxica es un superior en el trabajo, le será fácil llevar las riendas de las conversaciones y querrá imponer su dominio. Practica la asertividad, que no te vea como un blanco fácil, pero tampoco como un enemigo. Y si puedes cambiar de trabajo o de departamento, mucho mejor.
   
   
6. Pon unas líneas rojas muy claras. Antes hablábamos de indiferencia como la vía más apropiada, pero habrá ocasiones en las que no tengas que transigir. Nos referimos a humillaciones, agresiones físicas o verbales, mentiras, difamaciones… Aquí tienes que dar tú el paso.
   
   
7. Da igual que se trate de un hecho puntual o sea recurrente. Explicar a esa persona que lo que está haciendo/diciendo/insinuando es grave, no suele servir para que enmiende su conducta, pero tal vez te sirva para dejar clara tu postura y sobreponerte.
   
   
8. Busca la ayuda de un especialista. En muchas ocasiones y, por diversas circunstancias, podemos necesitar la ayuda de un terapeuta. Un/a psicólogo/a puede ayudarte a afrontar mejor la situación y aclarar tus dudas sobre la salud de tus relaciones.

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