Ocio y streaming

Las 5 citas de Tinder más surrealistas de la historia

Síguenos en:

Tinder presume de haber logrado casi 30 mil millones de matches. No dudamos de que la reina de las apps de ligoteo consiga estas conexiones.

Bien es cierto que los matches en la mayoría de casos no llegan a nada, pero en otros, se convierten en citas. Citas buenas, regulares, malas o muy malas. Nos quedamos con estas últimas. Repasamos (con mucho humor) las que, probablemente, sean las cinco citas de Tinder más surrealistas de la historia.




1. Los que robaron un banco en su primera cita

Mujer conduciendo aterrada

La estadounidense Shelby Sampson creyó que encontraría al amor de su vida en Tinder. En este caso, su match no era exactamente lo que esperaba. Su primera cita acabó en atraco a mano armada.

Ella acudió a recoger a su pretendiente, Christopher Castillo, en coche.  Este le pidió que condujera hacia un banco. Entonces, bajó del vehículo y le pidió que esperara. Ella pensaría que iba a sacar dinero, aunque lo podía haber hecho antes, la verdad. Pero, bueno, hasta ahí nada demasiado fuera de lo normal.

En realidad, mientras Shelby esperaba, su cita estaba atracando el banco a punta de pistola. En concreto, pedía 1.000 dólares. Y, por si el empleado del mostrador tenía dudas, le explicó que era “realmente pobre”.

Una vez conseguido el botín, volvió al coche y exigió a su cita que arrancara a toda mecha. La pobre Shelby, ahora convertida en rehén, obedeció.

No llegaron muy lejos. La policía les detuvo poco después. Castillo fue acusado a cinco años de prisión por robo y resistencia a la autoridad, mientras que ella quedó libre sin cargos. Obviamente, no tuvieron una segunda cita.


2. La que arrojó sus heces por la ventana y acabó atrapada



Pongámonos en situación. Una joven pareja tiene una agradable cita en Bristol y deciden acabar viendo un documental en casa del chico (Liam Smith -ella prefiere permanecer en el anonimato-). En un momento dado, ella necesita ir al aseo.

Al tirar de la cadena, descubre con estupor que no corre agua suficiente para eliminar sus deposiciones. No se le ocurre otra cosa que arrojarlas por la ventana envueltas en papel higiénico. Las lanza, pero estas quedan en un espacio intermedio entre dos ventanas de aproximadamente, 40 cm. No hay forma de acceder al "paquete", pues las ventanas tienen demasiada altura y no son desmontables.

Tras varios minutos pensando cómo deshacer el entuerto, decide salir del baño y confesarle la verdad a Liam. Este, tranquilizador, plantea romper la ventana, pero ella no quiere causarle más problemas y, recurriendo a sus técnicas de gimnasta amateur, intenta rescatar los excrementos por sus propios medios. Así que se lanza en cabeza a por ellos. 

Eso solo empeoró la situación, pues quedó atrapada de medio cuerpo, boca abajo entre las dos ventanas. No quedó más remedio que llamar a los bomberos para rescatarla, e inevitablemente, hubo que romper la ventana.

Para costear la reparación, y siguiendo el consejo de sus amigos, Liam organizó una campaña de crowdfunding. Aunque solo necesitaba 300 o 400£, logró recaudar 1.200.

Además, varias empresas se ofrecieron a repararle la ventana gratis. Liam donó el dinero restante a los bomberos y a obras de caridad para el mantenimiento y construcción de sanitarios en países en vías de desarrollo.

A pesar de todo lo ocurrido, Liam asegura que es una chica muy maja y no sabe si habrá un futuro como pareja. Desconocemos la versión de ella.


  Tal vez te interese:

Las 8 mejores apps de citas para todos los gustos. 

Por qué las series turcas tienen tanto éxito. 

El verdadero origen de la celebración de San Valentín 


3. La que desapareció... literalmente

Alcantarilla abierta en acera

Simon Jackson y su cita caminaban juntos hacia la casa de este, tras haber tenido una primera cita perfecta. Cuando estaban a punto de llegar a su domicilio, ella soltó un grito. Simon se dio la vuelta y no la vio, pero oyó su llanto y, entonces, entendió.

Miró hacia abajo, a la alcantarilla que llevaba semanas suelta y que había sido la causa del accidente. Se asomó por el agujero y allí estaba su cita. Empantanada hasta la cintura y llorando, pero afortunadamente, sana y salva. Después de aquello, siguieron tres años juntos.


4. La que tuvo una cita con un pesetero

Lauren Cronch cuenta experiencias curiosas en su blog. Una de ellas tal vez te resulte familiar (seas chico o chica). Conoció a un chico por Tinder y este le invitó a seguir la cita en su casa. Ella rechazó la oferta y no debió de sentarle muy bien a su cita...

...Porque al día siguiente recibió un mensaje del chico reclamándole 3,5£ del café al que, supuestamente, le había invitado. Lauren resuelve con humor que fue todo un acierto no haber ido a su casa o, de lo contario, habría tenido que pagar el hospedaje.

A nosotros esta cita, más que rara, nos parece cutre. Hemos oído historias parecidas. La gente que actúa así, probablemente lo hace por resentimiento. Por tanto, creemos que Lauren hizo muy bien haciendo caso de su instinto.



5. La que guardo su caca en el bolso

Qué importante es que un retrete funcione correctamente , ¿verdad? Los nuestros los tenemos siempre apunto, pero ¿y fuera? Que se lo pregunten a las protagonistas de nuestras historias de hoy.

Este es otro caso de cita con tintes escatológicos. Muy similar al de la chica atrapada con su caca en la ventana, pero con una solución diferente (y menos peligrosa).

Esta joven se sintió indispuesta tras su cena tinderiana que, por otro lado, iba de maravilla. De modo que fue al excusado. Los retortijones fueron a peor y, al final, pasó lo que tuvo que pasar. Tiró de la cadena y… ¡sorpresa! Otra cisterna que no funciona, o que funciona a medias.

En este caso, nuestra protagonista resolvió que lo mejor era meter las heces en su bolso y contárselo a su hermana por WhatsApp, por si se le ocurría algo mejor. La hermana, con buen criterio, le aconsejó que saliese de la casa con cualquier excusa para deshacerse del “paquete”, pero ella...

...Ella volvió al salón a besuquearse con su chico, aunque no del todo cómoda... No podía quitarse de la cabeza el contenido de su bolso. Le daba pánico el hedor que desprendería. Finalmente, optó por confesarlo al chico. 

Desconocemos cómo acabó esta rocambolesca historia.

Y tú, ¿has tenido alguna cita rara? ¿Alguna anécdota graciosa que quieras compartir? ¡Somos todo ojos y oídos? ¡Comparte con nosotros tus experiencias!


⭐ Podría interesarte: 

Descubre qué es el wifi portátil.

Tarifa teléfono fijo para jubilados. 

¿Qué significa la conexión Wireless?