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10 cosas que puedes hacer si el ordenador se calienta demasiado

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A medida que los ordenadores van acumulando años, su rendimiento se va reduciendo poco a poco y esto puede influir en su temperatura.

Con los años, el rendimiento de nuestros ordenadores se reduce. A veces esto influye en su capacidad de respuesta, rapidez o temperatura.

A esto último es importante prestarle especial atención, puesto que puede llegar a dañar archivos internos o incluso acabar con la vida de tu equipo. Existen varias formas de reducir la temperatura si tu ordenador se calienta demasiado.

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1. Sitúa el ordenador en espacio amplio

Es posible que el único problema resida en la ubicación de la máquina. Puede que el ordenador se encuentre muy cercano a la pared u objetos que podrían entorpecer su sistema de ventilación.

Lo más recomendable es alejar el ordenador de la pared, muebles u otros objetos, al menos, 10 centímetros, sobre todo en la parte trasera y en los laterales que es donde suelen situarse los ventiladores en ordenadores de sobremesa.

Si es portátil, procura que la base no esté mullida, normalmente los ventiladores suelen encontrarse en la parte inferior. Tampoco uses el ordenador portátil en las piernas, serás tú mismo el que le transmitas temperatura al ordenador.

No uses el PC en una sala demasiado cálida, lo recomendable es que el ambiente de la sala sea de unos 20 grados y la habitación esté ventilada.

2. Realiza una limpieza consecutiva

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Elimina el polvo que se incrusta en los ventiladores. Demasiada acumulación de suciedad y otros elementos ralentizará tu equipo y, por tanto, hará que no se refrigere adecuadamente.

Antes de realizar la limpieza apaga completamente el PC y acto seguido, desatornilla la zona donde se encuentren los ventiladores. Haz esto solo si tienes conocimientos técnicos, en caso contrario, recurre a algún profesional. ¡Más vale prevenir que curar!

Para limpiarlos, utiliza un paño limpio, un plumero o, si lo prefieres, una aspiradora de mano (no con mucha potencia). Este proceso deberás hacerlo con frecuencia, el polvo se acumula constantemente en las palas de los ventiladores.

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3. Apaga o suspende el equipo cuando no lo uses

No es necesario tener encendido el ordenador las 24 horas del día. En caso de no querer apagarlo porque necesitas recurrir a él constantemente, utiliza el modo suspensión para intervalos cortos.

Además, como bien sabrás, en los ordenadores más modernos existe una opción de suspensión automática configurable. Puedes configurarla de forma que se adapte a tus necesidades.

4. Utiliza una base de refrigeración

Este consejo es únicamente válido para ordenadores portátiles. Se trata de comprar una base de refrigeración y conectarla siempre que estés usando el ordenador.

¿Qué es realmente una base de refrigeración? Se trata de una superficie rígida pensada para ordenadores portátiles, provista de ventiladores de alta potencia que aumentan el flujo de aire y la disipación del calor dentro de la carcasa del equipo. También hay bases de refrigeración que no usan ventiladores, gracias al material del que están compuestos que se encargan de absorber el calor.

Las bases refrigeradoras para portátiles son muy recomendables si utilizas el equipo de forma intensiva: durante muchas horas, para videojuegos, programas de edición de vídeo, etc.

Aquí tienes una muestra de ellas de la tienda PC Componentes.

5. No uses demasiados programas al mismo tiempo

Cuantas más aplicaciones tengas abiertas menor será el rendimiento de tu ordenador. Y más aún si tiene algo de tiempo. Por ello, cierra todos los widgets, aplicaciones y programas que no estés usando, podrían estar ahogando tu ordenador, que necesitará más energía para procesar tus peticiones. En definitiva, forzar algo, nunca es bueno, ya sea en la vida real o en la tecnología.


6. Sustituye los ventiladores

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En caso de que ninguna de estas opciones te haya funcionado puede que sea porque tus ventiladores sean demasiado pequeños o necesites añadir alguno con mayor número de rotaciones por minuto (RPM).

Existen tutoriales en la red para hacerlo. Sin embargo, si lo tuyo no es la informática, recomendamos que acudas a un centro específico. Un profesional podría asesorarte y encontrar la mejor solución.

7. Configura la energía

Limita el uso de energía del equipo para mejorar su rendimiento y que este no tenga que hacer un sobreesfuerzo para cumplir las órdenes que le das. Sigue estos pasos en cada uno de los sistemas operativos:

  • En Windows: acude al “Panel de Control” y pulsa en “Opciones de energía”. Para cambiar la configuración haz clic en “Configuración avanzada de energía” y disminuye el porcentaje hasta que mejore el rendimiento. (Este no estoy completamente seguro, no tengo Windows).

  • En Mac: acude al Finder y de ahí a “Preferencias del sistema”, una vez dentro haz clic en “Economizador” y configura la energía a tu voluntad.

8. Aleja el equipo de cualquier fuente de calor

Como hemos dicho con anterioridad, la habitación ha de estar ventilada y a una temperatura adecuada. Debes evitar que el equipo se encuentre cerca de aparatos calefactores u otras fuentes de calor que puedan aumentar peligrosamente su temperatura.

Por supuesto, evita que el equipo esté en contacto con el sol. Si tu equipo está cerca de la ventana, corre las cortinas para evitar la transmisión directa. Si es portátil, evita usarlo a plena luz. Sí, sabemos que un capuccino en la terraza es una delicia pero… ¡piensa en tu ordenador!

9. Instala programas de alerta

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Existen numerosos programas que podrían ayudarte con este problema. Se encargan de realizar una medición del voltaje, temperatura y velocidad de los ventiladores de tu PC. Algunos de ellos son:

  • CrystalCPUID: analiza toda la velocidad de lectura de tu disco duro además de comprobar el rendimiento de componentes del sistema.

  • SpeedFan: un monitor del sistema para Microsoft Windows que puede leer temperaturas, voltajes y velocidades del ventilador de los componentes del equipo.

10. Envía tu ordenador a un especialista

Si los anteriores nueve consejos no te han servido para nada y te niegas en rotundo a comprar un ordenador nuevo… ¡aún tienes una alternativa!

Puedes acudir a un especialista que te asesore para solventar el problema. Quizá solo sea necesario sustituir una pieza y suponga una opción más económica que comprar un ordenador nuevo. ¡Tú decides!

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