Seguros

¿Instalar una alarma reduce el precio del seguro de hogar?

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Tener instaladas alarmas antes de contratar un seguro del hogar puede influir en el precio de la póliza, aunque no siempre. La rebaja, sobre todo, dependerá del tipo de alarma que se haya instalado y del propio criterio de la aseguradora.

Antes de nada, debes saber que no todas las alarmas son iguales y, por lo tanto, no todas tendrán el mismo impacto en la posible rebaja del seguro del hogar. Existen las alarmas con sistema monitoreado y las alarmas sin monitoreado.

Normalmente, las alarmas con sistema de monitorización son las más valoradas por las aseguradoras. Es posible que la compañía aplique un descuento en la póliza en el caso de utilizar estas alarmas.


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Alarmas monitoreadas

Las alarmas monitoreadas son alarmas instaladas por una empresa de seguridad con un seguimiento de 24 horas. Es decir, hay alguien al otro lado. Si se activa la alarma, la empresa de seguridad pone en marcha un protocolo para avisar al propietario/a y a la Policía.

Estas alarmas, conectadas a centralitas, son vistas con buenos ojos por las aseguradoras, que pueden valorar un descuento en la póliza del seguro de hogar. Las compañías de seguros entienden que estas instalaciones dan cierta garantía a la hora de parar un robo o de que los ladrones tengan menos tiempo y se lleven menos cosas.

Ante un sistema de alarmas monitorizadas, la compañía puede, o bien ofrecer un descuento en el precio del seguro de hogar, o bien ampliar la cobertura, es decir, cubrir más daños o por un valor mayor (aquí pueden entrar los gastos de daños estéticos y de robo, por ejemplo, pero eso ya depende de cada aseguradora). Ten en cuenta que, si olvidas activar la alarma, es probable que la aseguradora se lave las manos y no se haga cargo del siniestro, ya que lo considerará negligencia. 


Alarmas no monitorizadas

En este caso, es más difícil que consigas el descuento en tu seguro de hogar. Hablamos de alarmas sin conexión a una centralita. Suelen estar compuestas por luces y sonidos con una función disuasoria. Este tipo de instalaciones se pueden diferencias en dos grupos:

  • Sensores de movimiento autónomos: suelen ser alarmas con sensores de movimiento que, al activarse, emiten unos 120 decibelios de sonido. Suelen funcionar con pilas, aunque también existen los que se enchufan a la corriente de la casa. No avisan a nadie, solo producen el sonido.
  • Sistema de seguridad disuasorio: se trata de alarmas que aparentan estar monitorizadas. Puede ser un circuito de cámaras sin conectar, sirenas y detectores de movimientos falsos. No producen sonido ni luces, solo hacen que parezca que la casa tiene instalada un sistema de seguridad monitorizado para disuadir a posibles ladrones.


Otras medidas de seguridad

Como hemos explicado, lo único que puede hacer que la compañía aplique un descuento en el seguro es el uso de alarmas monitorizadas. Sin embargo, dejando a un lado este descuento y pensando solo en la seguridad, hay más cosas que puedes hacer para proteger tu hogar.

  1. Instalar placas de seguridad: se trata de los carteles de empresas de seguridad. Normalmente, las empresas entregan estos carteles cuando compras algunos de sus productos. Son placas que indican que la casa está protegida con un sistema de seguridad, aunque este sea no monitorizado. Los carteles ayudan a crear un efecto disuasorio. Por eso, es recomendable colgarlos en la fachada, en un lugar visible.
  2. Puertas blindadas: una puerta de seguridad puede hacer tu casa más inexpugnable. Valora instalar este tipo de puertas.
  3. Doble ventana: se trata de una ventana de doble cristal, como dos ventanas en una. También se usa para aislar el hogar de las temperaturas del exterior, pero igualmente cumple una función de seguridad.


Cómo ahorrar en el seguro del hogar

Existe una gran competencia entre las aseguradoras, por lo que conviene investigar y comparar las diferentes pólizas del mercado. Lo primero para ahorrar en el seguro del hogar y estar bien cubierto es conocer:

  • Las características de tu vivienda: está claro que no es lo mismo asegurar un piso en el centro de una ciudad del sur que un chalet en un pueblo del norte. Muchos factores incidirán en el precio de la prima, desde el tamaño de la vivienda hasta el clima de la zona en la que se encuentre. 
  • El uso que le das a la vivienda: si es tu domicilio habitual, lo normal es que cuente con coberturas más amplias que si es una casa para los fines de semana. 
  • El valor de la vivienda: en este punto, diferenciamos entre continente y contenido. El continente engloba toda la estructura de la vivienda (de los cimientos al techo, pasando por ventanas o muros). El contenido es todo lo que hay dentro de la casa (desde los electrodomésticos hasta tus joyas). Establecer correctamente el valor de ambas te ayudará a cerrar una prima acorde, y no caer en infraseguro ni sobreseguro.
  • El papel que tienes en la vivienda: hay seguros de hogar distintos para propietarios y para inquilinos. Tus intereses variarán sustancialmente en función del papel que ocupes. Por ejemplo, si eres propietario/a, te convendrá que el seguro tenga una buena cobertura de daños a terceros (por si una avería en tu casa produce daños en la del vecino y has de correr con los gastos). En cambio, si eres inquilina/o, te convendrá configurar un seguro de hogar más enfocado al continente (si se avería un electrodoméstico o entran a robar, por ejemplo).

Al final, la clave está en la precisión. Los seguros de hogar suelen ser relativamente flexibles, es decir, que cuentan con unas garantías básicas que vas completando con otras adicionales hasta llegar a un modelo lo más personalizado posible. Cuanto más conozcas de tu hogar, del uso que le das y de los riesgos a los que está expuesto, mejor adaptarás la póliza. Conseguir una póliza a medida es la mejor manera de ahorrar en el seguro del hogar.

En cuanto a esas garantías básicas, varían en función de cada compañía aseguradora. No obstante, las más habituales son:

  • Responsabilidad civil.
  • Incendio.
  • Rotura de cristales.
  • Daños por agua.
  • Daños relacionados con la electricidad.
  • Robo.
  • Fenómenos atmosféricos.

Una cámara de seguridad en una casa

Un consejo más. No firmes nada sin leer la letra pequeña del contrato, sus exclusiones y cómo puedes darte de baja. Estudia las cláusulas que puedan afectarte en un futuro y, si tienes dudas, disípalas con la compañía aseguradora. 

Fíjate en las exclusiones. Se trata de excepciones en las que el seguro no te cubre, que varían de una aseguradora a otra. Un ejemplo de exclusión sería que, aunque el seguro cubre daños por fuego, no cubra los desperfectos producidos por el impacto de un rayo.

También tienes que asegurarte de cómo y cuándo puedes darte de baja en el seguro. Lo normal es que tengas la obligación de avisar tu baja con un mes de antelación, pero esto también puede variar según la compañía.