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¡El suelo radiante está de moda! Imagínate tener la casa calentita en pleno invierno e incluso poder caminar descalzo/a, ¡una maravilla! Te contamos qué es el suelo radiante y sus principales ventajas e inconvenientes.
La factura del gas da más miedo que Freddy Kruger en Pesadilla en Elm Street. Pero hoy te traemos un sistema de calefacción eficiente y que te permitirá ahorrar. Se trata de un sistema de climatización por suelo radiante por conducción de agua.
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Aunque existen varios tipos de suelo radiante, el más común es el suelo radiante hidráulico. Se trata de un sistema que consiste en una red de tuberías plásticas instaladas bajo el pavimento por las que fluye agua a una temperatura entre 30 - 50°C, calentando el suelo y, por consiguiente, calefactando la vivienda.
A diferencia de la calefacción, este sistema se encarga de regular la temperatura a la altura de los pies, para que ésta sea ligeramente superior que a la altura de la cabeza, mejorando la sensación de confort.
Como decíamos, también existen otros tipos. Echemos un vistazo:
Si estás interesad@, te comentamos algunas de sus ventajas y también algunos de los inconvenientes más notables.
Los sistemas de climatización suelo radiante de los que te hablamos en este post utilizan un circuito de agua a una temperatura de entre 30 y 50°C. Esto permite un ahorro superior con respecto a otro tipo de sistemas, los cuales necesitan una temperatura de impulsión de 80°C o superior. El uso del suelo radiante consume un 10% y un 20% menos en relación a otros sistemas de calefacción.
Los circuitos que transportan el agua caliente tienen un diámetro de entre 6 y 10 milímetros. Por tanto, el caudal de agua que transportan es mínimo, lo cual repercute en que la cantidad de energía para calentar o enfriar también será mínima.
Normalmente, se utilizan fuentes de energía renovables para su funcionamiento, como por ejemplo la aerotermia, que consiste en el uso de una bomba de calor o energía solar por medio de sistemas híbridos.
De hecho, el suelo radiante está considerado como uno de los sistemas de calefacción más respetuosos con el medioambiente.
La instalación de suelo radiante en el hogar ayuda a eliminar los radiadores anclados a las paredes, despejando el espacio y permitiendo mayor libertad a la hora de decorar, puesto que únicamente precisa de un armario para los colectores hidráulicos (En caso de que elijamos el hidráulico). Un sistema de almacenamiento similar al del armario de luces.
Además de un sistema de calefacción eficiente y económico, también sirve para mantener el suelo frío en épocas calurosas. Esto es posible gracias al uso de las tuberías del pavimento para calefacción y refrigeración. ¿Sabes lo que eso significa? ¡Ahorrarás también en aire acondicionado!
La instalación del suelo radiante requiere una inversión económica bastante elevada en comparación a otros sistemas de calefacción. Sin embargo, la inversión se amortiza en un plazo razonable, puesto que el ahorro es superior que en otros sistemas.
El precio oscila entre los 40 y los 50€ el metro cuadrado, a lo que habría que sumar la instalación. Pongamos un ejemplo: en una vivienda de 100 metros cuadrados, el precio final podría ser unos 7.000 € aproximadamente.
Además, requiere que hagas obras. Si tu vivienda tiene ya algunos años, tendrás que meditar bien si te merece la pena levantar todo el suelo para instalar esta metodología de calefacción. Por este motivo, su uso se da, sobre todo, en edificios nuevos o rehabilitaciones integrales.
El mantenimiento del suelo radiante requiere de un profesional cualificado en el tema que controle periódicamente el factor de humedad, que suele ser su principal problema. Este mantenimiento podría evitar futuros problemas de condensación.
De todas formas, el resto de sistemas de calefacción también precisan mantenimiento. De hecho, algunos de los fabricantes de calderas convencionales de más renombre ofrecen paquetes de mantenimiento anual a disposición de sus clientes. ¡Tú decides!
Otro inconveniente es que el suelo radiante precisa un tiempo superior para calentar el espacio, en algunos casos, de hasta de 12 horas. Eso sí, el reparto de calor es uniforme por toda la vivienda y es duradero.
Además, ten en cuenta que, si trabajas fuera de casa, podrás calentar la vivienda mientras permaneces fuera y, una vez llegues, estará caliente por mucho tiempo.
Realmente no existe un único tipo de pavimento que puedas usar, todos son válidos, desde los cerámicos hasta los laminados de madera. Eso sí, los suelos cerámicos suelen incrementar el rendimiento del suelo radiante. ¿El motivo? La conductividad.
Si prefieres instalar un pavimento laminado de madera, te recomendamos que acudas a un especialista en el sector para que te ofrezca las características idóneas para sistemas de suelo radiante.
Si, después de leer nuestro post sobre suelo radiante, tienes más dudas, te recomendamos nuestro artículo sobre tipos de calefacción y cuál elegir.
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Los circuitos que transportan el agua caliente tienen un diámetro de entre 6 y 10 milímetros. Por tanto, el caudal de agua que transportan es mínimo, lo cual repercute en que la cantidad de energía para calentar o enfriar también será mínima.
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Además de un sistema de calefacción eficiente y económico, también sirve para mantener el suelo frío en épocas calurosas. Esto es posible gracias al uso de las tuberías del pavimento para calefacción y refrigeración. ¿Sabes lo que eso significa? ¡Ahorrarás también en aire acondicionado!
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