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¿Qué son las coberturas con doble capital y triple capital?

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¿En qué consisten las coberturas de doble y triple capital en los seguros de vida? Te explicamos a qué garantías suelen estar asociadas y otras coberturas importantes en este tipo de pólizas.

Las  coberturas con doble y triple capital, generalmente, están asociadas a los seguros de vida


Se contratan con el objetivo de garantizar que los beneficiarios recibirán el doble o el ktriple de la indemnización prevista en determinados supuestos.


Veamos con mayor detenimiento en qué consisten estas coberturas.

¿En qué consisten las coberturas de doble y triple capital?

Por lo general, los seguros de vida ofrecen la opción de contratar de manera adicional doble o triple capital en determinados casos asociados a coberturas de fallecimiento por accidente, invalidez o por fallecimiento de ambos cónyuges.


Por supuesto, las aseguradoras determinarán los riesgos asegurables y las restricciones que se prevén para este tipo de coberturas.


Es habitual que los seguros consideren estas coberturas exclusivamente destinadas a víctimas de accidentes de tráfico. En ocasiones, se contemplan también otro tipo de accidentes, entendidos como acontecimientos violentos y fortuitos, ajenos a la voluntad del asegurado y que provoquen su fallecimiento o invalidez.

No cubrirá, por tanto:

  • Infartos, accidentes cerebrovasculares… incluso cuando puedan ser considerados accidentes laborales. 
  • Accidentes que sean fruto de la imprudencia del asegurado o cuando no esté en posesión de las licencias correspondientes. 
  • Víctimas de conflictos armados. 
  • Accidentes en actividades deportivas de riesgo. 
  • Enfermedades previas no declaradas a la aseguradora. 
  • Fallecimiento posterior a los 365 días desde la fecha en que ocurriera el accidente. 
  • Riesgos que estén cubiertos por el Consorcio de Compensación de Seguros (como fenómenos naturales, terrorismo, conflictos armados, etc.).

Coberturas habituales del seguro de vida

Cada compañía ofrece diversas modalidades de seguros de vida. Unas y otras contemplan diferentes tipos de coberturas. Es importante que valores por qué quieres contratar un seguro de vida o, si te ves en la necesidad de hacerlo, qué garantías te interesan más.

Estas son las coberturas más habituales en un seguro de vida:

  • Cobertura por fallecimiento: habitualmente, con opciones de doble/triple capital para los supuestos que hemos visto. 
  • Cobertura por enfermedad grave: solo cubre enfermedades diagnosticadas después de la contratación de la póliza. También suele tener una edad límite, a partir de la cual este riesgo no se asegura. 
  • Cobertura por incapacidad permanente y absoluta: también suelen dar la opción de contratar doble o triple capital. 
  • Cobertura de gastos funerarios: establece que los beneficiarios pueden reclamar la devolución de los gastos del sepelio a la aseguradora, dentro de los límites establecidos en la póliza. 
  • Cobertura de anticipo de capital: se ofrece esta cobertura para poder hacer frente a los gastos del sepelio. 
  • Cobertura de testamento notarial: facilita el acceso a un notario para elaborar el testamento.
  • Cobertura de gastos de repatriación: contempla el pago de los gastos derivados del traslado del cuerpo si el asegurado fallece fuera de su país, también dentro de los límites establecidos en el condicionado. 
  • Cobertura de gastos de liquidación del impuesto de sucesiones y donaciones: con esta cobertura, se sufraga el total o parte de la cuota tributaria de los herederos. 
  • Cobertura de segunda opinión médica: cada vez es más habitual que los seguros de vida incorporen esta garantía, más propia de los seguros de salud.

¿Cómo calcular el capital asegurado en una póliza?

Se suele recomendar asegurar un capital equivalente a multiplicar por cinco el salario neto anual. Pero, además, hay que tener en cuenta el patrimonio, edad, hábitos y otras circunstancias personales.

Estos son algunos de los factores que has de tener en cuenta para calcular el capital asegurado:

  • Ingresos netos. 
  • Patrimonio actual. 
  • Gastos de servicios corrientes (suministro eléctrico, agua, gas, seguros, colegios, academias…). 
  • Gastos derivados de los vehículos que tengas. 
  • Hipotecas, alquileres, créditos… 
  • Cálculo de impuestos sucesorios.

Lo más recomendable es que un asesor estudie tu caso para determinar una cifra adecuada.