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Seguro de mascotas: qué es la leishmaniasis y cómo puedo proteger a mi perro

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La leishmaniasis es una de las enfermedades de las que debes proteger a tu perro. Te explicamos cómo.

Leishmaniasis, ¿qué es?

La leishmaniasis es una enfermedad parasitaria grave que afecta a los perros (aunque también pueden contagiarse los seres humanos). Se contrae por la picadura de un mosquito hembra infectado por un parásito protozoo del género leishmania, el flebotomo. 

La época de mayor auge de la enfermedad es entre los meses de mayo y octubre, es decir, cuando las temperaturas son más altas. Sin embargo, el clima Mediterráneo de algunas zonas de España permite la existencia del mosquito durante, prácticamente, todo el año. Por eso es importante mantenernos alerta en caso de vivir en zonas con temperaturas más altas, incluso en invierno.

¿Cuáles son las zonas con mayor tasa de leishmania? En España, algunas de las comunidades autónomas con mayor incidencia de Leishmaniasis son: Comunidad de Madrid, Aragón, Andalucía, Cataluña, Valencia, Castilla y León y Cataluña.  

¿Dónde  habitan estos mosquitos? La tendencia de estos insectos son los ambientes húmedos. Por eso, en época de mosquitos, recomendamos evitar en los paseos con tu perro zonas como: pantanos, ríos, zonas con abundante vegetación, etcétera. 

Tipos de leishmaniasis

A grandes rasgos, existen dos tipos de leishmaniasis que afectan a los perros: visceral y cutánea. Aunque ambas son afecciones graves, el nivel de riesgo es mayor en una que en otra. 

  • Visceral. Es el tipo de leishmaniasis más grave. Se produce entre los 2-8 meses desde la picadura del mosquito y afecta directamente a los órganos del perro, pudiendo dañar, por ejemplo, sus riñones o su hígado. También puede dañar su médula espinal y su sistema inmunológico. 
  • Cutánea. Es la más frecuente de todas y, además, la que más fácilmente se diagnostica. ¿Los motivos? Los signos dermatológicos que causan en la piel del animal, por ejemplo, la alopecia.

Síntomas de la leishmaniasis

La leishmaniasis es una enfermedad que afecta gravemente a la salud de los perros. Por este motivo, es necesario prestar atención a los signos para, en caso de infección, comenzar un tratamiento de cura lo antes posible. Estos son algunos de los síntomas más comunes.

  • Bajada repentina de peso. 
  • Pérdida de vitalidad. 
  • Alopecia (pérdida de pelo) y caspa. 
  • Crecimiento anormal y fragilidad de las uñas. 
  • Anemia. 
  • Diarreas y vómitos. 
  • Ganglios linfáticos inflamados. 
  • Dolor en las articulaciones.
  • Necrosis en la punta de las orejas. 

Consejos para evitar la leishmania en tu mascota

Sigue estos tips para reducir la probabilidad de que tu mascota contraiga la enfermedad.

Prevenir es siempre la mejor opción

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Como decíamos, la leishmaniasis es una enfermedad que puede causar la muerte de un perro si no se detecta a tiempo y, sobre todo, si no se trata como es debido. Además, es un tipo de patología que también puede contagiar a los seres humanos, razón de más para tener un cuidado extremo. Cuida de tu mascota, de ti y de los tuyos. 

Para evitar que tu perro o cualquier miembro de tu familia sufra la enfermedad, lo más recomendable es acudir al veterinario con cierta periodicidad (como mínimo, una vez al año). Allí podrán hacerle un chequeo que permita conocer, de primera mano, si tu mascota está contagiada o no. 

En caso de padecer la enfermedad, también podrán detectar la fase en la que está desarrollada y, en base a ello, ofrecer un tratamiento acorde a los síntomas.  

Importante: actualmente no existe una cura definitiva para la enfermedad, pero sí tratamientos efectivos que ayudan a disminuir el avance y, sobre todo, las dolencias del animal. 

Para evitar quebraderos de cabeza, lo mejor en estos casos es contar con un seguro de mascotas que cubra las visitas periódicas al veterinario. De esta forma, ganarás en tranquilidad, sabiendo que tu mascota cuenta con el amparo de un profesional.

Vacuna a tu perro

Con el objetivo de proteger al máximo la salud de los perros, se ha desarrollado una vacuna para prevenir la enfermedad. Sin embargo, no ofrece inmunidad completa. Por ello, a pesar de la vacunación, es importante seguir otros métodos de prevención. 

¿Cómo es el proceso de vacunación? Lo más recomendable es vacunar al animal a partir de los seis meses de edad. La primera vez, se administran tres inyecciones, con un intervalo de tres semanas entre cada una. Una vez puesta la primera vacuna, se debe inyectar una dosis anual para que siga protegiéndolo. 

Usa productos contra la leishmania

Además de las vacunas, existen otro tipo de tratamientos muy efectivos que ayudan a reducir las probabilidades de que tu perro se contagie de la enfermedad. Estos son algunos de ellos: 

  • Pipetas: se trata de un medicamento cutáneo que se administra, normalmente, en la zona de la columna vertebral, desde la zona de la cruz (comienzo de las patas delanteras) hasta el inicio cola. Es importante remover bien el pelo para que el líquido entre en contacto con la piel. 
  • Collares: quizá no sea el collar más bonito, pero sí el que más protegerá a tu perro de mosquitos, garrapatas y otros insectos que pueden dañar su salud. 
  • Insecticidas: los hay en múltiples formatos, adaptables a las necesidades de tu hogar y tu mascota. Por ejemplo, en spray o eléctricos. 

Cambia la ruta de los paseos

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Como decíamos, los mosquitos infectados de leishmaniasis prefieren las zonas cálidas con abundante humedad. Por eso, si tu ruta de paseos incluye ríos, pantanos o espacios con abundante vegetación, te recomendamos cambiarla (al menos durante los meses de más calor).  Además, es importante que evites las horas rojas: desde la caída del sol hasta el amanecer. 

Tips para la convivencia doméstica

Puede que hayas construido un chalé para tu mascota en el jardín de tu casa y quieras amortizarlo, pero durante los meses de mayor incidencia de la enfermedad, es mejor que alojes a tu perro en el interior de tu casa (al menos, desde el atardecer al amanecer).

También puedes instalar mosquiteras en las ventanas y las puertas de tu vivienda. Ayudará a prevenir que el mosquito entre en casa. Además, si las rocías insecticida la protección será aún mayor. 

¿Qué más? Evita la vegetación extrema y la acumulación de desperdicios cerca del hogar. Son dos de los ambientes que más atraen la presencia de los mosquitos infectados de leishmaniosis.