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8 ciudades europeas perfectas para viajar con niños

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Viajar con niños no solo puede ser divertido: es una excelente experiencia para toda la familia. A continuación, te proponemos un listado de 8 ciudades europeas perfectas para viajar con niños.

¿Por qué es bueno viajar con niños?

Hay quien opina que viajar con niños es incómodo o, directamente, un caos. Muchos creen que es imposible compaginar los gustos de mayores y pequeños, por lo que el viaje acabará siendo monotemático. Otro mito: los niños no recuerdan nada de los viajes. ¿Tú qué opinas?

Te aseguramos que los viajes con niños no tienen por qué ser un suplicio, solo hay que saber dónde y cómo. Aquí tienes una serie de razones por las que creemos que viajar en familia es muy positivo:

  1. Fortalece los vínculos familiares y crea recuerdos imborrables (también a los niños).
  2. Son un regalo que se comparte. Muchos especialistas, como el psicólogo infantil y best seller Oliver James, recomiendan gastar menos en juguetes y más en viajes, que serán mucho más valiosos para los niños que cualquier regalo material.
  3. Los más pequeños también disfrutan de la ruptura con la rutina. Salir de su entorno habitual es, igual que para nosotros, un mecanismo desestresante.
  4. Favorece la comunicación entre padres e hijos. Alejados de las obligaciones diarias, padres e hijos pueden conectar y compartir tiempo en un entorno relajado.
  5. Viajar enriquece, abre miras y alimenta las ganas de aprender e interactuar con el entorno.

Ahora bien, hay que tener en cuenta qué destinos y épocas son mejores para disfrutarlos con niños. También es importante planificar el viaje. 

Los viajes con niños deben estar bien organizados y contemplar actividades del gusto de todos los involucrados. Objetivo: ¡que nadie se aburra!

Vamos a hacer un repaso por algunos destinos que, sin duda, son una excelente opción para viajar con niños en Europa.

1. París

Uno de los destinos preferidos de los niños es París, y no solo porque algunos crean que vinieron en cigüeña desde allí. El responsable, como sabes, es Disneyland París, el paraíso de los parques temáticos infantiles.

Pero, obviamente, la Ciudad de la Luz tiene mucho más que ver. No te puedes ir de allí sin ver el Museo del Louvre, la Torre Eiffel, la Catedral de Notre Dame, darte un paseo por el Sena y, por supuesto, disfrutar de la excelente gastronomía gala.

Oficina de turismo de París.

2. Londres

Cerca de casa y con un clima particularmente agradable en verano, Londres es un destino que podemos redescubrir a menudo por su enorme oferta cultural.

Entre foto y foto con sus famosos iconos: las cabinas rojas, los autobuses de dos plantas, los taxis negros… Londres es casi inabarcable. Desde joyas culturales como el British Museum o el Museo de Historia Natural, hasta la Torre de Londres, el cambio de guardia del Buckingham Palace a un agradable paseo por Hyde Park y una ruta en barco por el Támesis. Los planes son ilimitados.

A tus hijos, o a los fans de la saga Harry Potter en general, también les interesará saber que en Londres se encuentran muchas de las localizaciones de las películas. Los estudios de grabación donde se grabaron la mayoría de los filmes del mago más famoso ofrecen un tour especial: el Warner Bros. Studio Tour London.

Oficina de turismo de Londres.

3. Lisboa

Otra capital europea con encanto y muy accesible en avión o en coche es Lisboa. Esta ciudad reserva grandes atractivos para niños y mayores.

Especialmente recomendados para los más pequeños están el Oceanário de Lisboa, el Castillo de San Jorge y el Pavilhão do Conhecimento (un museo interactivo sobre ciencia y tecnología para jóvenes y niños). También les encantará el Parque de las Naciones a orillas del río, el Zoológico de Lisbo y KidZania, donde pueden jugar a ser mayores y elegir distintas profesiones.

Si tienes tiempo, no te vayas sin dedicar un día a Sintra, situada a unos 25 km de Lisboa y muy bien conectada en tren. Esta ciudad Patrimonio de la Humanidad destaca por sus maravillosos palacios y jardines. Y, por supuesto, no te pierdas Belén (y sus pastelitos) y las maravillosas playas lisboetas.

Oficina de turismo de Lisboa.

4. Berlín

La capital alemana tiene mucho que ver y, como cualquiera de las anteriores, merece más de una visita. Su patrimonio histórico y cultural es inmenso.

Desde el Museumsinsel (la Isla de los Museos), Patrimonio de la Humanidad, al Museo de la República Democrática Alemana, donde los peques pueden jugar a ponerse cascos y uniformes y probar antiguos teléfonos o máquinas de escribir.

Berlín tiene más de 170 museos, por lo que es imposible visitarlos todos en una sola estancia. Quizás como primera aproximación sea buena idea visitar el Spy Museum, que hará las delicias de los niños. Tampoco pueden faltar visitas al Museo de Historia Alemana, al Museo Checkpoint Charlie (dedicado al muro de Berlín) y al Museo Judío.

La ciudad subterránea Berliner Unterwelten es otro gran atractivo. Allí puedes ver búnkeres y túneles construidos durante la II Guerra Mundial y la posterior Guerra Fría.

Oficina de turismo de Berlín.

5. Bruselas, Gante, Brujas y Amberes

Bélgica alberga un conjunto de ciudades monumentales que son una perfecta opción para las familias. Están muy cerca unas de otras, como para moverse entre ellas en coche o en tren, y son fáciles de recorrer a pie.

Bruselas es la capital de Europa, por eso no puedes irte sin visitar el Parlamentarium y el Atomium, dos de los símbolos de la UE, que incorporan actividades interactivas para los más pequeños.

Otra de las estampas típicas de la ciudad es la Grand Place, una plaza adoquinada ubicada en pleno centro, y rodeada de monumentos. Sin salir de ella, encontrarás el emblemático Manneken Pis, una estatua de medio metro que representa a un niño orinando en una fuente. ¿Te suena? Es uno de los símbolos más simpáticos y reproducidos de Bruselas.

Colindantes a esta urbe encontrarás ciudades mágicas como Brujas, Gante y Amberes, donde podréis disfrutar del Museo Chocolate Nation.

Oficina de turismo de Bruselas.

6. Copenhague (Dinamarca)

La capital danesa es un auténtico paraíso para los niños. Además de limpia y segura, moverse en bicicleta es una auténtica gozada, pues esta ciudad está diseñada para ir en bici.

Copenhague cuenta con multitud de parques infantiles, entre ellos, el famoso parque de atracciones de los jardines de Tivoli. También puedes disfrutar de la naturaleza en el Jardín del Rey (Kogens Have) y el Castillo de Rosenborg, el parque más antiguo de la ciudad.

En función de la climatología, puedes optar por visitas bajo techo, como al Experimentarium, un museo de ciencia y tecnología con multitud de actividades y talleres para niños. Otra visita interactiva es la del Museo del Circo (Cirkusmuseet), con miles de piezas y escondites.

No puede faltar la visita a la Sirenita, la famosa escultura ubicada en la bahía del puerto de Copenhague. Una foto ahí es obligada.

Y, si disponéis de tiempo, otro lugar de interés es Legoland. ¿Sabías que los Lego los inventaron los daneses en 1932? Este sueño para cualquier amante de los juguetes cuenta con megaconstrucciones y réplicas de monumentos, además de un hotel propio. Eso sí, no está muy cerca: se encuentra a unos 260 km en coche de Conpenhague.

Oficina de turismo de Copenhague.

7. La Valeta (Malta)

La capital de Malta es una pequeña ciudad barroca Patrimonio de la Humanidad. A pesar de su pequeño tamaño (poco más de 50 hectáreas), presenta más de 300 monumentos.

Entre su patrimonio histórico más importante cabe destacar el Museo Nacional de Arqueología, el Palacio del Gran Maestre o el Fuerte de San Telmo, donde a diario disparan los cañones desde las murallas para rendir homenaje a los defensores de la ciudad.

Disfrutar de sus playas cristalinas es otro de los grandes atractivos de la ciudad. En particular, merece la pena visitar la isla del Gozo y pasar el día entre sus parajes.

Oficina de turismo de La Valeta.

8. Viena

Su patrimonio artístico, arquitectónico y cultural hará las delicias de grandes y pequeños. Pero además, por sus características, Viena es una ciudad idónea para ver en familia.

En primer lugar, la capital austríaca es una ciudad bastante llana (sin adoquines, en gran parte), con una red de carriles bici importante, muchos parques infantiles y museos gratuitos y el transporte público gratuito para menores de 6 años.

Entre las visitas imprescindibles están la Catedral de San Esteban y el paseo por el Distrito I, el centro histórico. En esa misma zona encontrarás la famosa Ópera de Viena y los jardines del Burggarten.

En el complejo del Hofburg, residencia de los Habsburgo durante más de cinco siglos, tienes más de 10 edificios entre los que encontrarás el Museo de Sissi, testimonio de vida de la famosa emperatriz.

Lo que de verdad hará las delicias de los niños es el Museo Zoom, un centro cultural interactivo que dispone de distintas zonas para niños de diferentes edades.

¿Sabías que en Viena se encuentra el parque de atracciones más antiguo del mundo? Se trata del Parque del Prater, una joya del ocio y la restauración que data de 1766.

Ah, y por supuesto, no puedes irte sin entrar a uno de sus típicos cafés y disfrutar de la famosa tarta Sacher o del tradicional Apfelstrudel (pastel de manzana).

Oficina de turismo de Viena.

Y hasta aquí nuestro recorrido. ¿Conocías estas ciudades? ¿Te parecen buenos destinos para disfrutar en familia? Vayas donde vayas, no olvides contratar un seguro de viaje y preocúpate solo de hacer los mejores planes en familia.