Si tienes pensado cambiar de ordenador, antes de sacar la billetera dedica tiempo a pensar en el uso que le vas a dar al equipo y las prestaciones que necesitas: características comunes, técnicas o enfocadas a trabajar. Para que la toma de decisión sea más sencilla, he aquí unos consejos para elegir portátil.
Comenzamos por MacOS, el sistema operativo de Apple, con una interfaz diseñada especialmente para los más detallistas y un buen rendimiento. Se estructura en torno a un dock o barra de herramientas y no existen los botones ni los menús emergentes.
Un ordenador con sistema operativo ChromeOS está pensado para utilizar internet. Suelen ser baratos, pero no son recomendables para el uso de programas potentes, por lo que, si eres diseñador/a gráfico/a, no te lo recomendamos.
Windows de Microsoft tiene un buen rendimiento, una cuidada interfaz, estrecha relación calidad precio y una tecnología Continuum o DirectX12.
El siguiente paso será determinar el tamaño de la pantalla y el tipo (IPS, TFT, LED, retina o táctil). En cuanto a las pulgadas, tienes múltiples opciones:
La resolución es otro de los aspectos que tendrás que tener en cuenta. De lo mejor que podrás encontrar en el mercado a día de hoy es: Full HD (1920 x 1080), 3K (2880 x 1620), 4K UHD (3840 x 2160) y Full 4K (4096 x 2160).
La batería es un requisito indispensable. Su duración dependerá de la pantalla, la memoria, la potencia del equipo, y, sobre todo, del número de celdas que tenga el ordenador portátil. Cuantas más tenga, mayor será el tiempo de vida útil del dispositivo.
Si vas a usarlo mucho fuera de casa necesitarás un mínimo de 6 celdas. Te recomendamos uno de estos: MacBook Air 13”, Hacer Chromebook R 13 o Microsoft Surface Book, con una autonomía de entre 8 y 10 horas aproximadamente.
Ten en cuenta por un lado la memoria RAM, necesaria en cualquier ordenador y más aún si vas a utilizar programas potentes. Tienes para elegir desde 4 GB hasta 64 GB. Actualmente podrás encontrar integrados en los equipos DDR4 y DDR3.
Por otro lado, el disco duro es otro de los parámetros a estudiar. Está dividido en dos tipos: SSD, que aumenta la vida útil del ordenador y consigue una mayor velocidad, y SATA, más barato, pero menos rápido.
Los procesadores de los ordenadores portátiles son similares a los de sobremesa, pero el rendimiento no lo es. Así pues, existe una lista entre los que podrás decantarte, ordenados de menor a mayor rendimiento (Intel Atom, Intel Pentium/Celeron, Intel Core m3/m5/m7/i3/i5/i7).
Si piensas cargar con el ordenador de un lado a otro, tendrás que buscar un modelo manejable y cómodo de llevar. El peso del equipo viene determinado por sus componentes internos y el material del que está hecho, pero por regla general a mayor número de pulgadas mayor peso.
Las conexiones son de vital importancia. El ordenador debe incorporar como mínimo las siguientes prestaciones para un mayor rendimiento: una salida HDMI/Micro HDMI, Bluetooth, Thunderbolt si eres de Apple y varios puertos USB.