Los meses de frío tenemos que afrontar un gasto fijo muy importante, la calefacción, que, según la OCU, supone un 47% de del presupuesto energético en una vivienda estándar. Controlar el consumo no significa que tengas que estar con guantes y bufanda en casa. Te proponemos 6 consejos para ahorrar en calefacción.
Antes de que una ola de frío te pille desprevenido/a, conviene llamar a un especialista que se encargue de revisar el estado de tu sistema de calefacción. Se encargará de comprobar si los filtros están limpios, si las tuberías se encuentran en condiciones óptimas y si los radiadores funcionan adecuadamente.
Esto supone un gasto extra, pero una instalación defectuosa no recorta el recibo, sino todo lo contrario. La Confederación Española de Asociaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios recomienda el mantenimiento adecuado de las calderas para obtener un ahorro de hasta un 15% y que éstas duren mucho más.
Además, si tu instalación ya tiene unos años, baraja la posibilidad de reemplazarla por una caldera de bajo consumo, como las de condensación. Puedes informarte de los planes renove vigentes en tu comunidad autónoma para beneficiarte de subvenciones y ofertas.
El uso de termostatos programables permite controlar la temperatura de tu hogar y, por consiguiente, reducir la factura. Según afirma la OCU, cada grado que bajes consigue un 8% de ahorro en tu factura, unos 50 euros al año.
Lo más recomendable es que mantengas una temperatura de 20 ºC durante el día y 16 ºC por la noche, aunque, en la medida de lo posible, te recomendamos que apagues la calefacción por la noche.
Los termostatos más modernos aportan la posibilidad de controlar la temperatura por habitaciones. No todas tienen los mismos metros cuadrados, por ejemplo: salón y baño (20 ºC), cocina y habitaciones (15-18 ºC).
Aumenta la temperatura de las habitaciones donde hagas más vida y, si pasas mucho tiempo fuera de casa, programa su encendido una hora antes de que llegues. Conseguirás un ahorro extra.
La mayor pérdida de calor está relacionada con las zonas de tu hogar con fugas, es decir, rendijas, la puerta del garaje, ventanas, terrazas, enchufes…
Si tienes un presupuesto holgado, lo mejor que puedes hacer es colocar cerramientos con rotura de puente térmico, que requieren una mayor inversión, que, a la larga, se recupera. También puedes optar por colocar masilla de silicona o burletes, unos sistemas de plástico que impedirán la entrada de aire frío.
Otra opción es instalar un doble cristal en las ventanas, una medida que podría ayudarte a reducir la pérdida de calor en hasta un 50%.
Este sencillo truco ayudará a distribuir el calor que emana de tus radiadores por toda la habitación. Se colocan en la parte de atrás del radiador y hacen rebotar el calor, en vez de dirigirse hacia la pared, lo que, aparte de plantear una pérdida energética, mancha la pintura. Con los paneles reflectantes podrás ahorrar hasta un 20% de energía.
Si en tu domicilio tienes instalados radiadores de agua, debes purgarlos cada año para conseguir un mayor y mejor rendimiento de tu caldera. No hacerlo dificultará la transmisión de calor desde el agua hacia el exterior. La OCU recomienda realizar esta acción en otoño para tenerlos listos cuando bajen las temperaturas.
Utiliza elementos que ayuden a conservar el calor, como alfombras y cortinas. Además, apuesta por las luces cálidas y otros elementos que te den sensación de calidez. Estos no incidirán directamente sobre la temperatura, pero sí sobre la manera en la que tu cerebro percibe la sensación térmica.